La luz del sol es fundamental para la vida, y una excelente fuente de vitamina D. Pero el sol en exceso puede ser perjudicial para las personas. La exposición prolongada al sol y a los temidos rayos ultravioleta (UV) puede provocar manchas, quemaduras, arrugas e incluso cáncer de piel.
Los rayos UV liberan radicales libres en el cuerpo, que dañan el ADN y favorecen la proliferación de las células cancerosas.
Aunque hay un montón de productos de protección solar para elegir, comer una dieta rica en nutrientes protectores de la piel es la mejor defensa contra el daño que el sol puede causar sobre la piel.
A continuación con qué recursos naturales contamos para proteger la piel del daño solar.
Betacaroteno
El betacaroteno es uno de los pigmentos de un grupo de pigmentos rojos, anaranjados y amarillos llamados carotenoides que funciona como antioxidante. Una vez ingerido, el cuerpo convierte el beta-caroteno en vitamina A.
Como antioxidante, el betacaroteno protege el cuerpo de los radicales libres, que son alimentados por la exposición excesiva al sol.
Los estudios han demostrado que las personas que comen cuatro o más porciones de frutas y verduras ricas en betacaroteno al día reducen significativamente el riesgo de varios tipos de cáncer. Además, el betacaroteno puede conseguir que disminuya la sensibilidad al sol.
Las zanahorias, los pimientos rojos y amarillos, la remolacha, la calabaza, las espinacas, la coliflor y el brócoli son algunos alimentos muy saludables ricos en betacaroteno.
Licopeno
El licopeno es un fitonutriente que se encuentra en frutas y verduras rojas, entre ellos los tomates, los pomelo y la sandía. El pigmento actúa como un antioxidante que protege contra los radicales libres.
Diversos estudios han demostrado que el licopeno tiene varios beneficios para la salud, incluida la protección de la piel. Por ejemplo, un estudio presentado en la Sociedad Británica de Investigación de Dermatología encontró que los participantes que consumieron pasta de tomate tenían un 33% mayor protección contra las quemaduras solares que los participantes que no consumían pasta de tomate. Los investigadores atribuyen los beneficios de la pasta de tomate a su contenido en licopeno, que es capaz de neutralizar los radicales libres.
Pepinos
Pepinos están llenas de nutrientes, incluyendo agua, potasio, sulfato y vitaminas A y C, que pueden ayudar a proteger la piel frente al sol y sus efectos perjudicionales. En particular, la vitamina A y el ácido cafeico, dos antioxidantes presentes en los pepinos, trabajan juntos para proteger contra el daño solar.
Los pepinos tienen un alto contenido en agua, lo que ayuda a mantener la piel fresca. La sílice en la piel de pepino también ayuda a mantener la propia piel firme. Además, el extracto de pepino puede ayudar a neutralizar los radicales libres, que pueden acelerar el proceso de envejecimiento, sobre todo cuando la piel se expone al sol.
Vitamina D
El sol es la principal fuente de vitamina D, pero no la única. Casi todas las células en el cuerpo humano tienen receptores de vitamina D, la cuales desempeñan un papel fundamental en la estimulación del sistema inmunológico. Sin embargo, la deficiencia de vitamina D es un problema importante para muchas personas.
Se puede aumentar la ingesta de vitamina D comiendo huevos, setas shiitake, salmón y aceite de hígado de bacalao, entre otros alimentos. En el artículo 9 alimentos con vitamina D para absorber mejor el calcio y tener huesos fuertes encontrarás más información.
Selenio
El selenio es un mineral esencial que actúa como un antioxidante, especialmente cuando se mezcla con la vitamina D. Múltiples estudios han demostrado que el selenio desempeña un papel esencial en la prevención de cáncer de piel. También está vinculado a la elasticidad de la piel y puede evitar daños de los radicales libres en la piel.
Se puede obtener selenio de las semillas, los frutos secos y todos los vegetales, así como de las legumbres, los cereales y las frutas.
En el siguiente artículo seguiremos viendo otros nutrientes importantes para proteger la piel del daño solar.