Prevenir las enfermedades degenerativas del cerebro, como la demencia o el Alzheimer, así como enfermedades mentales como la depresión es algo que está en tu mano. Una forma de prevenir estos problemas es evitando ciertas situaciones que favorecen la aparición y avance de estas situaciones.
En el caso de la enfermedad de Alzheimer, una de las maneras más importantes para disminuir su riesgo de es disminuir todos los factores de riesgo de la misma, incluyendo la diabetes, la hipertensión, la obesidad, las enfermedades del corazón, el tabaquismo, el abuso del alcohol, los niveles de tiroides y los niveles de testosterona, la apnea del sueño y el insomnio. Muchos de estos factores también aumentan el riesgo de sufrir depresión.
Situación que debes evitar para prevenir el Alzheimer y la depresión
Las siguientes situaciones son muy comunes, pero es posible poner remedio. No siempre es fácil, pero es posible.
El exceso de estrés como factor de riesgo para la depresión y la demencia
Cada vez que te expones a una inundación de hormonas del estrés, además de sufrir problemas de sueño, la situación puede dañar tu sistema inmunológico e incluso reducir los centros de memoria.
Aprender a gestionar el estrés es fundamental. Aunque parezca que el estrés es algo normal, y que podemos con él, esto no es así. Sobrevivir al estrés no es lo mismo que saber gestionarlo. Incluso en situaciones aparentemente menores es importante sacar las armas de gestión del estrés para que se esto se convierta en un hábito que pueda ponerse en marcha en situaciones extremas. Solo el hecho de aprender a identificar los signos de estrés es un gran avance para poner medidas.
El trastorno de déficit de atención no tratado aumenta el riesgo de depresión y demencia
Los estudios han demostrado que el TDA se asocia con baja actividad en la zona llamada corteza prefrontal, que actúa como freno del cerebro y que regula las acciones impulsivas. Cuando la actividad en la corteza prefrontal es baja, la gente tiende a distraerse fácilmente y tienen problemas para controlarse, por lo que es muy difícil mantenerse constante a la hora de tomar buenas decisiones, a pesar de que haya buenas intenciones.
Si eres una persona desorganizada o tienes poca capacidad de atención sería muy interesante que trabajaras en estas áreas o que buscaras ayuda, no solo por tu bienestar personal ahora, sino también por el futuro.
No hacer suficiente ejercicio aumenta el riesgo de demencia
El ejercicio no es solo bueno para el cuerpo, sino también para la mente y el cerebro. Hacer ejercicio te ayuda a liberar estrés y te hace menos vulnerable ante la depresión. Además, hacer ejercicio disminuye el riesgo de enfermedades degenerativas del cerebro.
Pero hay que hacer ejercicio con regularidad. Hacer ejercicio menos de dos veces por semana aumenta el riesgo de demencia. Para prevenir esta condición es recomendable caminar a buen ritmo durante 45 minutos de 4 a 5 veces a la semana y levantar pesas dos veces por semana. Cuanto más fuerte estés a medida que te haces mayor, menos probabilidades tendrás de sufrir demencia y serás capaz de combatir los síntomas de la depresión que puedas experimentar.
No activar el cerebro mediante aprendizajes nuevos
Sin nuevos aprendizajes aumenta el riesgo de demencia y depresión. Además, ser adicto al correo electrónico, a los mensajes de texto o a los videojuegos también aumenta dicho riesgo. En un estudio patrocinado por Hewlett Packard, las personas que eran adictas a sus aparatos electrónicos perdieron 10 puntos de coeficiente intelectual en un año. Esta adicción resultó más dañina para el cerebro que fumar marihuana, que también disminuye el coeficiente intelectual.
Tampoco puedes perder de vista que el cerebro es como un músculo, y cuanto más lo usas de manera positiva, más aumenta su vida útil y sus capacidades. Pero no se trata de hacer muchos puzles, crucigramas o labores, sino que para ellos hay que exponer el cerebro a retos de aprendizaje que resulten realmente desafiantes.
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