La mala higiene bucal es, con diferencia, una de las principales causas de la aparición del mal aliento. En Salud y Amistad hemos creado una serie de artículos ilustrativos para ayudar a mejorar tu higiene bucal y prevenir el mal aliento. En el artículo de hoy vamos a centrarnos en la mala higiene bucal, que suele estar detrás de la mayor parte de casos del mal aliento. Ahora bien, ésta puede deberse a varios aspectos. Aquí tienes las distintas opciones y la forma de ponerles remedio:
Duración insuficiente del cepillado
Estadísticamente la mayor parte de la gente se cepilla los dientes durante apenas 30 ó 40 segundos. Este lapso es insuficiente para eliminar de forma eficiente todos los restos de comida de nuestra boca y dejar actuar la pasta dentífrica. Un cepillado de 2 minutos supondrá una gran diferencia enorme en nuestra higiene bucal.
Limpieza insuficiente de los restos de comida
El hábito más extendido consiste en cepillarse los dientes y enjuagarse con agua. Sin embargo, pueden quedar restos de comida que sólo llegarán a eliminarse con el uso de hilo dental. La técnica a utilizar es un suave movimiento horizontal, haciendo un barrido con la seda dental evitando el movimiento en forma de sierra, que puede dañar las encías.
Ausencia de limpieza de la lengua
La lengua es uno de los hábitats favoritos de las bacterias que causan el mal aliento. Cepillar nuestra lengua es un hábito imprescindible si queremos disfrutar de una buena higiene bucal.
Inadecuado enjuague bucal
El agua limpia puede servir en la mayor parte de las veces, pero incorporar por la noche un enjuague bucal libre de alcohol, mejorará considerablemente la higiene de nuestra boca.
Nº insuficiente de cepillados
Debemos limpiarnos los dientes después de cada una de las comidas, de lo contrario las bacterias se acumularán en nuestra boca dando como resultado el mal aliento y el deterioro de nuestra dentadura.
Ausencia de limpieza nocturna
Hay mucha gente que en lugar de cepillarse antes de irse a dormir prefiere hacerlo por la mañana. Se trata de un grave error. Mientras dormimos la producción de saliva se reduce notablemente. La saliva es la forma natural de limitar el efecto de las bacterias y limpiar nuestra boca. Además, mucha gente respira por la boca mientras duerme lo que contribuye aún más a la reducción de la saliva y la sequedad de la boca.
Cepillos contaminados
El propio cepillo que utilizamos va acumulando suciedad y bacterias conforme pasan las semanas. La humedad presente en las cerdas del cepillo hará que con el paso del tiempo se convierta en una fuente bacteriológica que sólo contribuirá a contaminar nuestra boca. Recambia tu cepillo periódicamente para preservar la salud de tu boca y evitar el mal aliento.
¿Qué te ha parecido? ¿Cometías alguno de estos errores en tu limpieza bucal diaria? Nos encantaría saber si tras aplicar estos hábitos la higiene de tu boca a mejorado y cómo te has sentido.
Imagen: Gustavo Fernando Durán