A pesar de que desde multitud de medios se insiste una y otra vez sobre la importancia de proteger la piel del sol, muchos son los que se queman al principio de sus vacaciones. No proteger la piel del sol, además de tener graves consecuencias a largo plazo, puede tener un efecto inmediato: quemaduras solares.
¿Qué son las quemaduras solares?
Las quemaduras solares son provocadas por la exposición prolongada sin protección a la luz ultravioleta.
El cuerpo se protege de esta radiación dañina mediante la aceleración de la producción de melanina, el pigmento oscuro que da color a la piel normal. Cuando la producción de melanina se acelera, la melanina producida de manera adicional da a la piel un color más oscuro. Es lo que conocemos como bronceado.
Sin embargo, la melanina sólo puede proteger el cuerpo de una cierta cantidad de luz ultraviolenta (UV). Si la piel está demasiado tiempo expuesta, la radiación UV provocará que la piel se queme.
Cuando la piel está expuesta a demasiada luz UV, a las pocas horas se volverá roja y caliente al tacto. Además, la sensación es muy dolorosa. Incluso en casos extremos se pueden formar ampollas en la piel y se pueden experimentar dolores de cabeza y fiebre .
Incluso cuando el sol no brilla, la luz UV puede causar quemaduras en la piel. Hasta el 80% de los rayos UV pueden pasar a través de las nubes, y las superficies, como la nieve, la arena y el agua reflejan los rayos UV, lo que supone un nivel similar de exposición al que proporciona la luz solar directa.
Qué hacer si te quemas con el sol
Cuando la piel se ha quemado, es importante centrarse en calmar el dolor y acelerar el proceso de curación. En el momento en que se hace evidente la quemadura, lo primero que hay que hacer es ocultarse del sol, preferiblemente en interiores, para reducir la radiación UV al mínimo. Una vez a cubierto, es aconsejable hacer lo siguiente para tratar las quemadura solares.
Enfriar e hidratar la piel
El enfriamiento de la piel es una forma inmediata de aliviar el dolor. Esto se puede lograr mediante la colocación de toallas húmedas sobre la piel o con un baño fresco o ducha. Es recomendable mantener las toallas húmedas en las zonas afectadas durante 10-15 minutos varias veces al día.
Después, y con la piel aún húmeda, es necesario aplicar crema hidratante para ayudar a que la piel atrape la humedad y así aliviar la sequedad.
Es muy probable que la piel empieza a descamarse unos días después de producirse la quemadura solar. Esta descamación es normal, ya que el cuerpo se deshace de la piel dañada para dejar paso la piel nueva. Esto hace que la hidratación sea todavía más importante.
No romper las ampollas
Si se forman ampollas, los expertos recomiendan que no se rompan. Romper las ampollas abiertas no sólo retrasa el proceso de curación de la piel, sino que aumenta el riesgo de infección.
Si una ampolla se rompe sin querer, es necesasrio limpiar suavemente el área con agua y jabón suave, aplicar crema antibacteriana y proteger el área con un apósito húmedo.
Aliviar el dolor
Para el dolor, además de agua fresca y crema, se pueden tomar algunos medicamentos. El ibuprofeno es una opción, aunque siempre es recomendable consultar al médico antes de ingerir cuaqluier tipo de medicina.
También conviene preguntar al médico sobre alguna pomada específica para aliviar el dolor y la inflamación, que ayuda a acelerar el proceso de curación.
Beber agua
Las quemaduras de sol no sólo secan la piel, sino también el interior del cuerpo. Esto significa que es importante para las personas con quemaduras de sol beber más agua para evitarla la deshidratación y ayudar a la piel a sanar. El consumo de alimentos con una alta concentración de agua también puede ayudar.
Proteger la curación de la piel
Mientras que la piel está en proceso de curación hay que mantenerla protegida. Para ello hay que mantenerla fuera de la exposición al sol y cubrirla con prendas que se adhieran bien a la piel para que no rocen con el movimiento.
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