En la primera parte de este artículo analizamos algunos de los beneficios nutricionales y propiedades saludables de la pera, que son motivos más que suficientes para introducir una pieza de esta fruta en la dieta diaria.
Por si no quedaste plenamente convencido, a continuación te contamos varias razones más para que la pera no falta en tu lista de la compra.
La pera estimula tu belleza natural
La pera actúa positivamente en la piel, el cabello y los ojos gracias a su alto contenido en vitamina A y en luteína y zea-xantina, antioxidantes que reducen los efectos del envejecimiento. La pera también puede ayudar a reducir y prevenir la pérdida del cabello. Además, la pera ayuda a prevenir la degeneración macular, las cataratas y otros problemas de la vista asociados con el proceso de envejecimiento.
La pera favorece la salud intestinal
La pera, gracias a su alto contenido en fibra, es muy saludable para la digestión. La fibra de la pera facilita la digestión actuando como agente de carga y estimulando la secreción de jugos gástricos y jugos digestivos. La pera también ayuda a regular los movimientos intestinales, a prevenir el estreñimiento y regular la diarrea.
La pera ayuda en la reparación de los tejidos
La vitamina C presente en la pera (así como en otras frutas y verduras) ayuda a mantener el metabolismo para que el organismo funcione correctamente, incluyendo la formación de nuevos tejidos y estructuras celulares. Concretamente, la cicatrización de heridas se acelera con altos niveles de vitamina C, así como la reparación de los vasos sanguíneos dañados.
La pera fortalece el sistema inmunológico
La vitamina C de la pera también ayuda a fortalecer el sistema inmonológico, ya que estimula la producción y la actividad de las células blancas de la sangre. Diversos estudios han revelado que introducir la pera en la dieta de forma habitual puede prevenir y curar el resfriado común, la gripe u otras enfermedades leves.
La pera mejora tu circulación y aumenta el número de glóbulos rojos
Las personas que sufren anemia o deficiencias de algún otro mineral deberían fijarse más en la humilde pera. La pera es rica en cobre y hierro, lo que facilita y mejora la absorción de los minerales en el sistema. El aumento de los niveles de hierro también implica un aumento en la síntesis de glóbulos rojos.
Tener niveles adecuados de hierro y otros minerales puede ayudar a prevenir la fatiga, el mal funcionamiento cognitivo, la debilidad muscular y el mal funcionamiento del organismo.
La pera ayuda a controlar la diabetes
La pera tiene un bajo índice glucémico, por lo que es ideal para aquellas personas con problemas de diabetes o niveles altos de azúcar en sangre. El flujo sanguíneo absorbe muy lentamente los carbohidratos de la pera, lo que permite controlar los niveles de glucosa.
La pera reduce la inflamación
Los componentes antioxidantes y flavonoides de las peras pueden provocar efectos anti-inflamatorios en el cuerpo y reducir el dolor asociado con enfermedades inflamatoria, incluyen los síntomas de la artritis, enfermedades reumáticas y otras.
La pera ayuda a mantener los huesos fuertes
La pera es rica magnesio, manganeso, fósforo, calcio y cobre, minerales que pueden ayuda a reducir la pérdida de mineral óseo y a prevenir enfermedades debilitantes como la osteoporosis y la debilidad general del cuerpo debido a la falta de apoyo óseo.
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