Una dieta equilibrada y una buena nutrición son fundamentales para una buena salud mental. Así lo ha puesto en evidencia un estudio internacional reciente publicado en The Lancet Pschiquiatry que ha contado con la participación de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Valencia.
El psiquiatra y profesor de Psiquiatría Vicent Balanza participó en la revisión científica realizada por los miembros de la Sociedad Internacional de Nutrición Psychiatry Research (ISNPR) sobre la importancia, la investigación y el futuro de la medicina nutricional, ya que «ha sido demostrado que la calidad de la dieta y las deficiencias de ciertos nutrientes esenciales son factores para la determinación de la salud física y mental».
De hecho, la nutrición «se ha convertido en un factor clave para la alta prevalencia e incidencia de enfermedades mentales muy frecuentes, como la depresión. Una dieta equilibrada es tan importante en la psiquiatría como en otras especialidades médicas como la cardiología o la endocrinología», dice Balanza .
Balanza afirma que con el fin de suministrar un rendimiento óptimo, el cerebro humano necesita una ingesta adecuada de nutrientes esenciales, como los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, aminoácidos esenciales, vitaminas del grupo B (B12 y ácido fólico), vitamina D, y minerales como el zinc, el magnesio y el hierro. Una dieta equilibrada y de alta calidad, como la dieta mediterránea, ofrece todo esto, pero en casos de deficiencias, los suplementos nutricionales son una opción viable y aconsejable.
Con esta publicación de este estudio, los expertos mundiales en psiquiatría nutricional proponen un debate sobre el creciente papel de la dieta en la psiquiatría y la salud mental. «A nivel poblacional, tuvimos evidencia científica de que la dieta mediterránea se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y deterioro cognitivo. Ahora también sabemos que reduce el riesgo de depresión. Estos son argumentos fuertes para preservar este tesoro que se ha transmitido a través del tiempo», subraya Vicent Balanza.
Por otra parte, la etiología de las enfermedades mentales es extremadamente compleja y, por lo tanto, también lo es su tratamiento.«Esperar que cualquier persona con problemas de salud mental se recuperaría únicamente con medicamentos es una visión muy limitada de la realidad. En este artículo se argumenta que el futuro de la psiquiatría requiere un enfoque más amplio en el que los factores nutricionales son esenciales a fin de proporcionar mejores resultados de salud, funcionamiento y la calidad de vida», concluye el investigador.
Lo que comes determina tu salud mental
En una línea parecida a la anterior, en otro estudio realizado por la Universidad de Melbourne y la Deakin University, publicado también en la revista The Lancet Psychiatry, destacados académicos afirmaron que ya es hora de que la psiquiatría y la salud pública reconozcan el papel de la dieta y la nutrición como determinantes de la salud mental.
El autor principal del estudio, el docor Jerome Sarris, de la Universidad de Melbourne, dijo: «En los últimos años, se han establecido vínculos significativos entre la calidad nutricional y la salud mental. Estudios científicamente rigurosos han hecho importantes contribuciones a nuestra comprensión del papel de la nutrición en la salud mental”.
Se han encontrado evidencias que ponen de manifiesto que una prescripción médica basada en nutrientes tiene el potencial de ayudar en la gestión de los trastornos mentales a nivel individual y poblacional.
El doctor Sarris aboga para que estos nutrientes sean consumidos en la dieta habitual de las personas pero también puede estar justificado el uso de suplementos nutricionales.
El profesor Felice Jacka, investigador principal de la Deakin University, señaló que muchos estudios han demostrado asociaciones entre los hábitos alimentarios saludables y una reducción en el riesgo de sufrir depresión.
Una adecuada nutrición en los niños se está convirtiendo en un factor importante en la salud mental de los mismos. Se han relacionado graves deficiencias en algunos nutrientes esenciales durante períodos críticos del desarrollo infantil con la aparición de trastornos depresivos y psicóticos.
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