El ataque de nervios, también conocido como síndrome de Puerto Rico, es un síndrome cultural exclusivo de las culturas latinas que afecta más a mujeres que a hombres. El ataque de nervios a menudo se asemeja a un ataque de pánico, pero los dos trastornos no son lo mismo.
En este artículo te contaremos qué es el ataque de nervios, qué lo diferencia del ataque de pánico, cuáles son sus factores de riesgo y qué hacer cuando aparece.
Síntomas del ataque de nervios
Como todas las respuestas de miedo, el ataque de nervios se puede presentar de manera diferente en diferentes personas, aunque por lo general la mayoría de los casos muestran síntomas similares. Aunque no todos los síntomas tienen que estar presentes para el diagnóstico de ataque de nervios, los más comunes son los siguientes:
- Miedo intenso
- Incapacidad para moverse
- Gritar de forma incontrolada
- Llanto incontrolable
- Desmayo
- Disociación
- Sensación de calor que sube desde el pecho hasta la cabeza
- ataques verbales
- Agresión Física
- Opresión en el pecho o dolor
- Palpitaciones del corazón
- Incoherencia
- Alucinaciones
Diferencia entre el ataque de nervios y el ataque de pánico
Aunque a menudo comparten síntomas similares, el ataque de nervios y ataque de pánico son trastornos distintos. En un ataque de pánico, las respuestas físicas y emocionales son causadas directamente por la ansiedad y el miedo intenso. En el ataque de nervios, la ansiedad y el miedo se consideran respuestas normales y saludables a la aparición del síndrome.
Al igual que un ataque de pánico, el ataque de nervios puede ser desencadenado por diversas situaciones, como noticias impactantes sobre personas a las que queremos. Sin embargo, el ataque de nervios puede ocurrir en casi cualquier entorno, como situaciones ligadas a ficción terrorífica (películas, atracciones, etc.).
Factores de riesgo de del ataque de nervios
Aunque el ataque de nervios le puede ocurrir en cualquier persona, ciertos factores de riesgo aumentan su probabilidad. Las mujeres mayores de 45 años tienen un mayor riesgo. También las personas con enfermedades psiquiátricas subyacentes, en particular los trastornos del estado de ánimo, tienen ma´s posibilidades de desarrollar ataque de nervios.
Además, las personas de niveles socioeconómicos más bajos y las que han sufrido angustias familiares, como divorcio o muerte de un ser querido, son más propensas a desarrollar la condición.
Tener un trastorno del estado de ánimo subyacente también puede cambiar la naturaleza de un ataque. Las personas con depresión o ansiedad más propensas a actuar de manera agresiva durante un ataque, mientras que aquellas que sufren trastornos de pánico son más propensas a experimentar sensación de asfixia y temen morir durante un ataque.
Cómo tratar un ataque de nervios
Los ataques de nervios se tratan a menudo como los trastornos de pánico u otros trastornos de ansiedad. La terapia cognitiva-conductual ayuda a aprender a reconocer y detener los pensamientos desencadenantes, así como el uso habilidades de afrontamiento para poner en práctica cuando comienza un ataque de este tipo. Estos métodos suelen ser eficaces, pero deben ser utilizados dentro de un contexto cultural.
Algunas investigaciones muestran que las personas propensas al ataque de nervios pueden tener una tendencia a reprimir la ira y otras emociones negativas, que luego salen de manera inapropiada durante una ataque. También pueden ser histriónicas y propensas a la somatización de problemas psicológicos. Por eso hay que considerar la historia y la situación actual de la persona para desarrollar una comprensión completa de su situación.
A nivel individual, si eres propenso a sufrir ataques de nervios, actuar de la siguiente forma te ayudará a superar el momento:
- Toma conciencia de que la situación no es peligrosa y que lo que estás viviendo es solamente fruto del estrés.
- Respira profundamente varias veces de forma lenta, pensando que con la exhalación no solo sale el aire, sino también el problema.
- No pienses en lo que va a pasar. Deja la mente en blanco y no analices la situación.
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