En la sociedad actual, con nuestro estilo de vida tan característico, el estrés parece formar parte de nuestra rutina diaria, un compañero incesante y permanente al que nos hemos acostumbrado y que, poco a poco, mina nuestra calidad de vida. Sin embargo, ¿qué sabemos en realidad del estrés? ¿Es tan malo como parece? ¿Cuáles son las consecuencias de padecerlo?
En Salud y Amistad comprendemos la importancia que determinado tipo de estrés ha alcanzado en el mundo moderno, y hemos creado una serie de artículos para ayudar a nuestros lectores a comprender mejor este fenómeno y, por supuesto, ponerle solución.
Existen distintos tipo de estrés. La mayor parte de la gente asocia el estrés con algo malo, sin embargo, el estrés en sí mismo no es una patología sino, sencillamente, una reacción fisiológica y psicológica ante determinados factores externos que requieren una mayor atención y disposición de recursos físicos y mentales. En ese sentido el estrés puede ser algo bueno, lo cual es conocido como Eustrés. Por desgracia cuando se habla de estrés casi siempre se está aludiendo al Distrés o estrés negativo.
Reacción orgánica al estrés
Este estrés debe ser entendido como la sobrecarga de tensión física y emocional sobre un individuo por causas que ponen en peligro su integridad física y salud mental de forma continuada en el tiempo.
La respuesta de nuestro cuerpo ante estos factores implica una reacción en nuestro cerebro que afecta a nuestro sistema endocrino -que libera hormonas como el cortisol y la adrenalina- y a nuestro sistema cardiovascular, incluyendo mayor presión arterial e incremento de glucosa en sangre. Se trata de un mecanismo defensivo natural de nuestro cuerpo, puesto en marcha para afrontar con garantías una situación compleja, una agresión externa o una amenaza a corto plazo. Ello se manifiesta de forma que nuestra capacidad de atención y resistencia física se ven incrementadas. El problema es que este mecanismo no es sostenible a largo plazo debido a las repercusiones negativas que tiene sobre nuestra salud.
Síntomas y consecuencias del estrés
Prolongar el estrés o sufrirlo con demasiada frecuencia puede derivar en complicaciones tanto físicas como psicológicas que, en los casos más graves, resultarán irreversibles.
Síntomas a corto plazo
Las consecuencias más frecuentes pueden ser de muchos tipos, incluyendo mayor irritabilidad, pérdida del deseo sexual, insomnio, cuadros de ansiedad y puede ser también causa del agravamiento del asma.
Síntomas a medio plazo
El aspecto más importante es la supresión del sistema inmune, lo cual acarrea una mayor predisposición a enfermar. Además, también se cuentan entre sus efectos la obesidad, el acné, la menstruación irregular, la depresión, etc.
Síntomas a largo plazo
Las consecuencias de prolongar el estrés son devastadoras incluyendo enfermedades cardiacas, úlceras, disminución de la fertilidad, pérdida del cabello, aparición de adicciones como la alcoholemia, comportamiento violento, instintos suicidas, etc.
Comprender el estrés y reconocer sus síntomas es clave si queremos evitar entrar en una espiral que contribuya a degradar nuestra calidad de vida y afectar a nuestra salud. ¿Has reconocido alguno de los síntomas de estrés? Cuéntanos tu experiencia.
Imágenes: Helga Weber, Nathan Congleton