A pesar de que el proceso evolutivo ha modificado nuestros organismos para responder adecuadamente a múltiples condiciones naturales y ambientales, aún hoy seguimos siendo vulnerables a diversos factores desencadenantes o predisposiciones que nos llevan a sufrir padecimientos, alteraciones o enfermedades.
Una de esas alteraciones es el melasma. Aunque esta es una afección relativamente común, debe ser diagnosticada clínicamente y requiere tratamiento. Por esta razón, en este artículo te lo contaremos todo sobre qué es, cuáles son sus causas, síntomas y los posibles tratamientos que existen.
¿No habías escuchado el término? ¡No te preocupes! Te contamos qué es el melasma
Debemos partir por saber que, como mencionamos en la introducción, el melasma es un problema común que afecta a la piel. En términos técnicos, esta se entiende como un trastorno de la pigmentación cutánea.
Te preguntarás cómo se caracteriza. Bueno, este trastorno se presenta en patrones de hiperpigmentación facial (aumento de melanina). Esto significa que aparecerán manchas marrones, claras u oscuras, sobre alguna parte de la zona facial. Estas partes pueden ser mejillas, frente, labio superior, mentón y nariz. En algunas ocasiones aparecerán también en el cuello o los hombros. Generalmente, estas son zonas que se exponen constantemente al sol.
El melasma se presenta de manera crónica y simétrica y puede aparecer debido a factores externos (como el sol) o factores hereditarios.
Ahora bien, esta afección tiene una particularidad. Su incidencia es mayor en mujeres que en hombres. Además, su frecuencia aumenta en personas con piel morena u oscura.
Causas principales del melasma, ¡para que estés preparado/a!
Aunque las causas del melasma aún hoy no son del todo claras, ya que pueden variar de persona a persona, si se considera que hay ciertos factores desencadenantes que propician la aparición de esta afección. Entre estos factores se encuentran:
- Exposición al sol. Sin duda, esta podría ser una de las causas más “evidentes”. La luz ultravioleta o los conocidos rayos UVA ya de por sí activan la melanina de la piel. Cuando esta se expone demasiado, la producción se descontrola y lleva a la aparición de las manchas. Esto también lleva a que las personas que ya la han sufrido deban ser muy cuidadosas al momento de exponerse al sol.
- Uso de cosméticos. Otra de las causas probables, es el uso de cremas hidratantes o productos de belleza que generen irritación, la cual podría llevar al descontrol del melasma.
- Cambios hormonales. Las alteraciones en las hormonas pueden cambiar los niveles de pigmentación de la piel en las mujeres. Estudios han demostrado que las mujeres embarazadas tienden a tener más posibilidades de melasma que las que no lo están, por ejemplo. El uso de anticonceptivos orales también puede estar relacionado.
- Condiciones hereditarias o genéticas. Bajo estas circunstancias, ciertas personas pueden tener un mayor riesgo de sufrir melasma.
¿Cuáles son los síntomas del melasma? ¡Estás a punto de conocerlos!
El principal síntoma de las alteraciones de la piel relacionadas con el melasma es la aparición de manchas. Como mencionamos anteriormente, estas pueden ser de color marrón, aunque algunas veces adquieren tonalidades grisáceas.
Estas manchas afectan con alta frecuencia las zonas alrededor de la línea media de la cara (frente, mejillas, mentón y labios). Algunas veces aparecen sobre la nariz o las mejillas. Aún menos frecuente es su aparición en los hombros, brazos y cuello.
La incidencia del melasma nunca debe alterar el estado de salud general del paciente, debido a que es una alteración estética que no pone en riesgo su vida. Sin embargo, en caso de que el melasma se acompañe de síntomas como picor, dolor o sensibilidad, es necesario acudir inmediatamente al médico.
Diagnóstico del melasma: Todo lo que debes tener en cuenta
En la mayoría de las ocasiones, el médico dermatólogo diagnostica el melasma fácilmente, basándose en la tonalidad y forma de las manchas. En algunos casos, el médico solicitará una prueba de sangre para asegurar el diagnóstico o, en caso de sospecha, también se podría requerir de una prueba de embarazo.
En caso de considerarlo necesario, los dermatólogos recurrirán a examinar la piel con la lámpara de Wood. Los rayos de luz que esta emite penetran hasta la dermis y resaltan las zonas con exceso de melanina. Las biopsias de piel son solo una opción cuando las manchas se asemejan a síntomas de otras enfermedades, como el cáncer de piel.
Posibles tratamientos para el melasma
Vale la pena aclarar que las manchas surgidas por el melasma tienden a desaparecer por sí mismas con el tiempo. Esto sucede más fácilmente cuando se identifica la fuente que altera la pigmentación. En el caso de la exposición solar, por ejemplo, la persona deberá asegurarse de cubrir o proteger bien su piel para que las manchas disminuyan.
Sin embargo, cuando la aparición del melasma se mantiene por tiempo considerablemente largo, existen tratamientos generalmente efectivos. Por ejemplo:
- Tratamiento despigmentante para combatir el melasma: peeling despigmentante. Este tratamiento consiste en el uso mixto de cremas despigmentantes y medidas de foto protección. Estos tratamientos se realizan en varias sesiones de peelings, con la intención de aumentar la eficacia y reducir el tiempo de esta.
- Este principio activo generalmente se encuentra en cremas, lociones o geles. Esta sustancia actúa durante las noches y beneficia el aclaramiento de la piel. Sin embargo, solo es bien efectiva si su concentración es alta.
- Exfoliación química o microdermoabrasión. Es importante tener en cuenta que este tratamiento puede tener contraindicaciones y debe ser valorado con un dermatólogo. El tratamiento consiste en eliminar las capas superficiales de la piel afectada, con el fin de disminuir la hiperpigmentación. Debe ser desarrollado en sesiones separadas por periodos largos de tiempo.
Palabras finales
A modo de conclusión, vale la pena recalcar que aunque el melasma no representa un riesgo para la salud de las personas, se deben tomar las medidas de protección necesarias. Por ejemplo, para prevenir el melasma es recomendable usar siempre protector solar o cremas destinadas para este fin. Ten en cuenta que estas deben ser de uso diario y bajo cualquier condición climática.
También es recomendable aprender a identificar aquellos tipos de productos (cosméticos, tratamientos hormonales, entre otros) que pueden afectar la piel. Eliminando o reduciendo su uso, se permite que la piel reaccione normalmente y se disminuya el riesgo de melasma.
La prevención adecuada evita el desgaste excesivo de la piel y el desencadenamiento de problemas de salud graves.