Independientemente de lo que te guste más, los humanos somos por naturaleza omnívoros. Esto significa que nuestro cuerpo depende de una mezcla saludable de de carne y vegetales.
Uno de los nutrientes básicos que necesitamos son las proteínas, que son empleadas para crecer y reparar casi todos los tejidos del cuerpo. La carne roja es una fuente de proteínas importante, aunque no la única. La investigación apoya un vínculo entre el consumo de una dieta rica en carnes rojas y procesadas y el desarrollo de cáncer de colon.
La mayoría de los estudios sólo muestran un mayor riesgo de cáncer de colon entre los que comen carne roja, mientras que las aves de corral y el pescado no se han demostrado que aumenten el riesgo de cáncer. En su mayor parte, estos estudios se realizan con personas que consumen algún tipo de carne roja casi a diario y que, por lo general, consumen mucha más cantidad de la recomendada.
También hay que aclara que el riesgo aumenta exponencialmente en función de la frecuencia y la cantidad de carne roja que se consume.
En cualquier caso, la Organización Mundial de la Salud ha alertado de que el consumo de carne roja procesada, como la carne de vaca, cordero, buey y cerdo, puede provocar un mayor riesgo de sufrir cáncer de colon, ya que contiene glifosato, un ingrediente con contenido en herbicidas.
¿Es saludable comer carne roja?
Además de proteínas, la carne roja contiene vitaminas del grupo B, selenio, hierro, zinc y vitamina D. Pero la carne roja también contiene compuestos que se consideran potencialmente cancerígenos. Estas sustancias químicas cancerígenas, incluyendo aminas heterocíclicas y compuestos nitrosos, ayudan a mutar células en el colon que preceden el desarrollo del cáncer.
Algunos cortes de carne también contribuyen a una dieta alta en grasas, que ha estado directamente relacionado con un mayor riesgo de muchos tipos diferentes de cáncer, no solo de cáncer de colon.
Del mismo modo, los efectos cancerígenos de la carne roja pueden amplificarse por el método de cocción. Por ejemplo, las carnes a la brasa o ennegrecidas son peores para la salud que las carnes cocidas o guisadas a fuego lento.
Carnes ahumadas, curadas y procesadas
Capítulo aparte merecen las carnes ahumadas, curadas procesadas. Los estudios que vinculan la carne con el cáncer de colon incluyen comer carnes procesadas, curadas, ahumadas y salazones como posibles factores de riesgo.
Cuando se tiene en cuenta el consumo de carne por semana, hay que incluir también el tocino, el jamón, los embutidos y otras carnes procesadas, como fiambres, así como las carnes en salazón y ahumadas.
Tomar mejores decisiones a la hora de comer
Los estudios sugieren que está bien comer una o dos porciones de carne roja a la semana sin que por ello aumente el riesgo de cáncer. Sin embargo,hay que asegurarse de que no se sobrepasa el tamaño de la porción recomendada y que se eligen cortes magros. El método de preparación también tiene que ser elegido con cuidado.
En cuanto al consumo de proteínas, no hay que alarmarse. Existen otras fuentes de proteínas, tanto animales como vegetales. Puedes encontrar proteínas en la carne de ave, los lácteos, los huevos, el pescado, las legumbres, las verduras y las frutas.
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