Cuando un amigo está pasando por un mal momento es normal que intentemos consolarlos y que hagamos lo posible para que se sienta mejor consigo mismo. Pero si se tiene un poco de cuidado y de tacto es fácil empeorar las cosas. El hecho de que dos personas sean amigas no implica que se tengan los mismos gustos, las mismas aspiraciones o los mismos valores.

Algunas personas lo pasan muy mal en las situaciones difíciles. Según una investigación reciente realizada por científicos de la Universidad de Waterloo, las personas con baja autoestima son menos receptivas a la reformulación positiva. En este sentido, los investigadores observaron las personas con una visión demasiado negativa de sí mismos no admitían bien las afirmaciones positivas y esto llevaba a un empeoramiento de la situación.

Los investigadores afirman que estas personas no quieren que se les diga lo grandes que son, cómo van a estar bien, o cómo su problema pasará y volverán a estar bien más adelante. Esto se debe a que las personas con una visión negativa de sí mismos entienden lo que les ha pasado como prueba de que no son dignos de las cosas buenas. Por eso no quieren oír cosas como «ya encontrarás algo» o «ya surgirá otra cosa», o «cuando todo pase te sentirás mejor», etc. Sin embargo, estas personas sí valoran que los demás simpaticen con ello y les hablen de lo horrible que es su situación, y que les apoyen en su reacción, afirmándoles que tienen todo el derecho del mundo a sentirse mal. Es decir, que agradecen una validación negativa.

La investigación también mostró que estas situaciones pueden ser perjudiciales para la persona que trata de dar apoyo. La gente en esa posición se sienten presionada para hacer lo correcto, pero no saben cómo hacerlo.

¿Te has encontrado alguna vez en esta situación y no has sabido qué hacer? A continuación te lo explicamos.

5 maneras de dar apoyo a un amigo sin empeorar las cosas

Si quieres ayudar a un amigo que lo está pasando mal y es de esas personas negativas que no quieren oir que todo se va a solucionar, esto es lo que puedes hacer.

#1 – No intentes buscar respuestas

En el afán de intentar ayudar, es fácil empeorar las cosas haciendo preguntas para intentar encontrar una solución. En vez de añadir tensión metiendo el dedo en la llaga, simplemente escucha y adopta una postura de empatía hacia lo que tu amigo está viviendo. Dile cosas como «entiendo que lo que estás viviendo es duro» y cosas por el estilo, pero evita frases hechas y vacías de significado como «todo sucede por una razón».

#2 – No hables por ti

Decir cosas como «si yo fuera tú haría…» o «cuando a mí me pasó lo que hice fue…» no ayuda a estas personas. Este tipo de comparaciones les hace pensar que no les estás escuchando y que solo quieres hablar de ti. Él no eres tú. Lo que hay que hacer es ayudarle a etiquetar sus emociones. Dile que entiendes por lo que está pasando, hablando de él, sin apelar a ti.

#3 – No niegues sus sentimientos

Tu amigo tiene derecho a sentirse así, y es importante que le digas que así lo entiendes tú. Para ello, valida sus sentimientos y hazle saber que lo entiendes, no es malo que se sienta así y que tiene todo el derecho a sentirse de esa manera.

#4 – Con estar con él es suficiente

Aprender que el mero hecho de estar es suficiente no es fácil, pero es necesario. No tienes ninguna obligación de solucionar nada, ni de encontrar una respuesta para algo probablemente no la tenga. Con estar junto a tu amigo basta. Para él esa compañía significa mucho, y es muy útil.

#5 – No se trata de ti

Tu amigo es diferente a ti, con sus propias fortalezas y debilidades. No trates que enfoque la situación como lo haces tú.  Si eres capaz de poner en su lugar, entendiendo cómo es el otro, tal vez puedas hacer alguna sugerencia si tu amigo te pide consejo. Si no, recuerda el punto #2.

Conclusiones

Ser un buen amigo no es fácil. La amistad es algo que hay que aprender a mantener. Respetar al otro, sentir empatía y ser paciente son algunas de las habilidades que hay que desarrollar para poder vivir una relación de amistad enriquecedora y duradera. Y son los malos momentos los que realmente ponen a prueba una relación de amistad y sobre los que se puede ver de qué está hecho cada uno.