Todos sabemos que la ansiedad es un fenómeno creciente en la actualidad derivado posiblemente de una extremada asunción de responsabilidades que contribuye a que debamos convivir diariamente con una alta dosis de estrés. Sin embargo, tendemos a desconocer que en realidad la ansiedad no sólo es una emoción básica y común, sino que puede ser realmente positiva siempre y cuando sepa gestionarse. De hecho, supone un aprendizaje que nos ayuda a sobreponernos ante situaciones que nos generen estrés, mejorando nuestro rendimiento. De lo contrario, si nos sentimos desbordados por esta sensación de ansiedad, nuestro desarrollo vital puede llegarse a ver truncado. Por este motivo, en Salud y Amistad trataremos de darte las pautas necesarias para que sepas tanto cómo controlar la ansiedad como los ataques de pánico, que, aunque no son lo mismo, van íntimamente relacionados.
Con esta finalidad, en este artículo nos proponemos informarte de todos los conocimientos básicos para que seas capaz de reconocer rápidamente los síntomas de ansiedad y así puedas ponerle remedio. De esta manera, lograrás evitar posibles ataques de ansiedad o ataques de pánico. Una vez comprendido todo ello y conocida la importancia de cada uno de estos pasos y apartados, procederemos a contarte cómo controlar la ansiedad a través de distintos trucos o técnicas de relajación. Sigue leyendo y aprende cómo controlar la ansiedad para volverla a tu favor.
Índice
Cómo controlar la ansiedad y la diferencia con los ataques de pánico
Qué es la ansiedad: un concepto erróneo
Como comentábamos en las primeras líneas del artículo, actualmente tenemos un concepto erróneo acerca de este fenómeno. Estar correctamente informado sobre qué es la ansiedad es precisamente el primer paso para lograr controlarla y evitar su descontrol. Se trata de un mecanismo de defensa y adaptación cuya función es anticipar unas posibles consecuencias negativas con tal de estar preparado para superarlas. Un mecanismo de supervivencia, al fin y al cabo.
Por tanto, la ansiedad en sí no es un problema; el verdadero problema se presenta cuando estas amenazas son infundadas por nuestra subjetividad. De esta manera, el peligro real no se vuelve para nosotros un requisito indispensable a la hora de sentirnos ansiosos, por lo que trasladamos esta sensación de inquietud a la continuidad de nuestra vida, independientemente del transcurso de esta. Es en este preciso momento cuando podemos hablar del trastorno de ansiedad.
Detecta a tiempo los síntomas de ansiedad
La gran mayoría de personas desconocen los síntomas de ansiedad y por este motivo son incapaces de detectar cuáles de ellos padecen, o si padecen alguno. No obstante, reconocer los síntomas resulta fundamental para poder tratar lidiar correctamente con la ansiedad. Los más comunes responden a la incapacidad para controlar los sentimientos de incertidumbre, el malestar y el cansancio, así como otros síntomas físicos tales como los mareos, los dolores musculares, el insomnio, los temblores, la elevada frecuencia cardíaca o la respiración rápida.
Diferencia entre ataques de ansiedad y ataques de pánico
En numerosas ocasiones los ataques de ansiedad y los ataques de pánico pueden llegar a confundirse, pues presentan un alto grado de similitud. Sin embargo, es importante que sepamos diferenciarlos e identificarlos. El ataque de ansiedad se da cuando el sujeto no sólo experimenta sentimientos negativos sino que visualiza una aterradora fatalidad en su vida. Éste se caracteriza por intensos síntomas mentales y físicos, que podrían derivar en problemas de salud.
Por otro lado, el ataque de pánico se presenta cuando el sistema nervioso se siente amenazado y con una pérdida de control momentánea que puede incluir un ataque cardíaco, dificultar para respirar y sentir incluso que se está a punto de morir. De esta manera, la principal diferencia entre ambos radica en que, mientras los ataques de pánico suelen terminar una vez superada la situación que lo provocó, los ataques de ansiedad perduran en el tiempo, aunque sea a un nivel inconsciente.
Cómo combatir la ansiedad: 8 pasos indispensables
1. Acepta la ansiedad: cuestión de un nuevo enfoque
La ansiedad que no se puede controlar es dañina, por lo que resulta lógico que nuestra reacción instantánea sea eliminarla de nuestra vida. A pesar de ello, puede perfectamente darse la siguiente paradoja: cuanto más se intenta combatir la ansiedad, más sentimientos de ansiedad afloran. Así pues, sale más a cuenta aceptar de buen grado la ansiedad y darle un nuevo enfoque en que los problemas sean planteados como un desafío, no como una amenaza.
2. Respirar lenta y profundamente
Una respiración pausada contribuirá a equilibrar el organismo y a recuperar energías mientras te relaja tanto física como mentalmente, recuperando lentamente la sensación de control. Para realizar una correcta respiración abdominal o profunda, deberás recostarte en un lugar cómodo e inspirar por la nariz mientras compruebas con tu mano que el aire se va acumulando en tu abdomen. Después de aguantar unos segundos la respiración, suelta el aire lentamente por la boca. Dicho proceso es recomendable realizarlo al menos unas 10 veces diarias.
3. Hablar y expresar los sentimientos
De forma frecuente suele parecernos que mostrar nuestras preocupaciones y temores pueden contribuir a generar una imagen débil de nosotros mismos o a preocupar innecesariamente a nuestros seres queridos. Es por ello que tendemos a ocultar nuestros sentimientos y a controlarnos de manera desmesurada. No obstante, lo que conseguimos tomando esta actitud es el efecto contrario.
Acumulamos dentro de nosotros mismos cada vez un mayor grado de frustración, por lo que nuestra tensión emocional aumentará sobremanera. Este malestar acabará explotando de la peor manera y, probablemente, en el momento más inadecuado, pudiendo dar lugar a un ataque de ansiedad. Por tanto, exteriorizar nuestras sensaciones y miedos resulta un aspecto de vital importancia a la hora de sentirnos a gusto con nosotros mismos y con nuestras circunstancias.
4. Aprender a ser asertivo
La asertividad es una cualidad indispensable para aprender a cómo controlar la ansiedad. Se trata de la capacidad personal de reconocer y reafirmarse en sus propios derechos, defendiendo sus propias necesidades por delante de las exigencias de los demás de una forma pacífica. Hablamos, por tanto, de encontrar el equilibrio entre los demás y uno mismo, libre de cualquier inhibición que te haga infeliz y de la asunción de responsabilidades que no te pertenecen y que únicamente te generarán una sensación mayor de agobio y frustración.
5. Descansar las suficientes horas
Aunque nuestro frenético ritmo de vida nos obligue a recortar horas de sueño con la finalidad de ser más productivos en nuestro día a día, esta solución carece completamente de eficacia. Sólo proporcionando las suficientes horas de sueño a nuestro organismo, aproximadamente unas 7 u 8, aseguraremos nuestro rendimiento físico y mental. Algunas de las ventajas de dormir lo suficiente es su contribución a la regulación de los niveles de insulina y de los niveles de grasa corporal, la estimulación de la libido y, por encima de todo, del equilibrio emocional.
6. Realizar actividades que te gusten
Pero para sentirnos descansados y relajados, no únicamente importan las horas de sueño, sino también la realización de aquellas actividades que nos hacen más felices. Estas actuarán como contrapeso de todos los aspectos negativos que adquirimos en nuestro día a día, resultado de las preocupaciones y obligaciones. De esta manera, deberíamos comenzar a concebir estas actividades no sólo como una afición, sino también con una necesidad para nuestra salud.
7. Estar activos físicamente
Para batir los efectos negativos que la inactividad ejerce sobre nuestro ánimo, no hay nada mejor que mantenernos activos físicamente. La realización de ejercicio físico contribuye a eliminar la ansiedad favoreciendo la relajación muscular y el aumento de endorfinas, las cadenas proteicas que favorecen la calma y el bienestar. Por ello, para despejar tu mente, no existe mejor alternativa que la práctica de deporte, preferiblemente al aire libre.
8. Cuidar tu alimentación
El último de nuestros pasos sobre cómo controlar la ansiedad es llevar una dieta equilibrada, puesto que todo lo que comemos tiene un impacto positivo o negativo sobre nuestro estado físico o emocional. Por este motivo, la ingesta masiva de alimentos como solución a la ansiedad únicamente proporciona un alivio momentáneo, pero no aporta ningún beneficio, puesto que acarrea efectos verdaderamente nocivos.
Principalmente, en tu dieta deberás evitar las sales y el azúcar, los estimulantes, las grasas, vísceras y charcutería, así como los aditivos y otros productos artificiales. Por lo contrario, deberás incrementar tu consumo de carnes no grasas, las verduras, hortalizas y frutas, leches y yogures, y cereales, patatas y legumbres de derivados integrales.
Esperamos que esta información sobre cómo controlar la ansiedad te haya resultado interesante y, sobre todo, que a partir de ahora puedes aplicar nuestros consejos a tu día a día. Te aseguramos que notarás una mejora increíble si te lo propones. Por el momento, cuéntanos. ¿Te sientes ansioso con facilidad? ¿Conocías estos consejos para aprender a cómo controlar la ansiedad? Déjanos un comentario y nosotros te leeremos encantados; estamos deseando conocerte.