La salud de nuestra piel depende de muchos factores, y entre ellos, los hábitos de cuidado son determinantes. Con buenas rutina de cuidado facial y corporal, reducimos los riesgos de sufrir enfermedades de la piel. Entre todas, el melanoma es una de las más graves. Se trata de un tipo de cáncer de piel muy agresivo, pero que puede prevenirse si tomamos las precauciones adecuadas. En las próximas líneas te hablamos de qué es, los factores de riesgo que inciden en su desarrollo y los mejores consejos para evitarlo. ¡Acompáñanos!
¿Qué es el melanoma?
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se desarrolla en los melanocitos, las células que producen la melanina, el pigmento que da color a la piel. Si bien es menos común que otras tipologías de cáncer de piel, puede llegar a ser mucho más peligrosa, pues tiene mayores posibilidades de diseminarse a otras partes del cuerpo, si no es detectado y tratado a tiempo.
Son varios los factores que pueden incidir en el desarrollo de este tipo de patologías. En especial, la principal fuente de riesgo es la exposición prolongada al sol; cuando esto se hace sin usar un adecuado protector solar, potencia el riesgo de desarrollar melanoma. El uso regular de camas de bronceado también es un factor de riesgo, pues la exposición a rayos UV artificiales es igualmente dañina.
El melanoma también tiene un componente genético, por lo que tener familiares cercanos que lo hayan padecido, puede aumentar el riesgo de sufrirlo. La piel clara y con muchos lunares también se considera un factor de riesgo. Y por último, las quemaduras graves que una persona haya sufrido en la infancia, también pueden ampliar el riesgo de padecer melanoma en la edad adulta.
Consejos para prevenir el melanoma
Ahora que sabemos que la prevención es un factor crucial para evitar que aparezcan esta clase de lesiones, te compartimos algunos consejos clave que te ayudarán a mantener tu piel saludable.
1. Usa protector solar todos los días
El protector solar es el principal aliado en el cuidado de la piel. Úsalo todos los días como parte de tu rutina. Es importante que tenga un factor de protección de al menos 30, y que sea de amplio espectro contra los rayos UVA y UVB. El protector solar debe usarse incluso en los días nublados, y un buen consejo de uso es reaplicarlo cada dos horas, en especial después de sudar o de nadar.
2. Evita la exposición solar en las horas pico
Otro consejo clave para prevenir el melanoma es evitar la exposición al sol en las horas pico. Entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde, los rayos UV suelen ser más intensos y dañinos. Si estás al aire libre, procura buscar sombra, usar sombreros, gafas de sol y aplicar regularmente tu protector solar.
3. Evita las camas de bronceado
Si bien se han popularizado por razones estéticas, las camas de bronceado son bastante dañinas para la piel. De hecho, se sabe que aumentan de manera significativa el riesgo de desarrollar melanoma y otros tipos de cáncer de piel. Si quieres tener un tono más dorado, una buena opción son los autobronceadores.
4. Realiza autoexámenes regulares de la piel
Y otro consejo que no se puede pasar por alto es la importancia de realizar autoexámenes regulares en la piel. Estando atento podrás detectar cambios que podrían ser signos de alarma. Busca lunares o manchas que cambien de color, tamaño o forma o que se vean diferentes a otros lunares en tu cuerpo. Si notas alguna anomalía, busca la atención de un dermatólogo.
Tratamiento del melanoma
El tratamiento del melanoma depende de la etapa en la que se diagnostica. En las primeras etapas, se puede tratar eficazmente con cirugía para extirpar la lesión. Si el melanoma se ha diseminado a los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo, el tratamiento puede incluir inmunoterapia, radioterapia o quimioterapia. Veamos más detalles sobre cada método.
1. La cirugía
Este es el tratamiento principal para el melanoma cuando es diagnosticado en una etapa temprana. Consiste en extirpar la lesión, junto a un margen de piel sana. De ese modo el médico se asegura de eliminar todas las células cancerosas. Incluso, si es un caso avanzado, se pueden extirpar los ganglios linfáticos cercanos.
2. La inmunoterapia
Otra de las terapias que contribuye a tratar y mejorar el melanoma es la inmunoterapia. Se emplea en casos avanzados o incluso metastásicos. En este procedimiento se utiliza el propio sistema inmunológico del cuerpo para combatir el melanoma.
3. La radioterapia y quimioterapia
La radioterapia se puede utilizar para tratar melanomas que no se pueden extirpar quirúrgicamente o para aliviar los síntomas de melanomas que se han propagado a otras partes del cuerpo. Por su parte, aunque de uso menos común, la quimioterapia se puede emplear para tratar ciertos casos de melanoma, en especial cuando las otras terapias no resultan efectivas.
En definitiva, el melanoma es una condición de gravedad que debe ser atendida de forma rápida. El diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado son elementos determinantes para recuperarte de estas lesiones, que no avancen y puedas mantener tu piel saludable.