Después de un día agotador de trabajo, las buenas intenciones en relación con la dieta y el ejercicio pueden caer en picado. ¿Tiene esto algo que ver con el estrés acumulado durante el día? Parece que sí. Un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Zurich (Suiza) ha demostrado cómo el estrés puede influir en las regiones del cerebro involucradas con el autocontrol.
Este estudio arroja más luz sobre cómo el estrés y autocontrol interactúan en el cerebro humano, así como sobre los efectos que la tensión ejerce sobre el funcionamiento a través de múltiples vías neuronales, según explican los investigadores.
Los investigadores explican que las habilidades de autocontrol son sensibles a las perturbaciones en varios puntos dentro de esta red y que el auto-control óptimo requiere un balance preciso de las aportaciones de múltiples regiones del cerebro más que un simple interruptor on / off.
Tomar decisiones en estados de estrés
Las decisiones importantes tienen que hacerse en condiciones de estrés a diario. A veces, las circunstancias estresantes pueden comprometer la capacidad de un individuo para exhibir autocontrol, lo que a su vez afecta a los procesos de toma de decisiones.
Sin embargo, independientemente de la frecuencia en que se toman tales decisiones, la manera en que el estrés afecta a los procesos en el cerebro no se entiende completamente.
Para investigarlo, los investigadores evaluaron a una serie de personas que estaban tratando de mantener un estilo de vida saludable en términos de dieta y ejercicio y observaron cómo los estados de estrés afectaron a sus opciones respecto a lo que comían.
Elecciones saludables y estrés
Los investigadores observaron que los participantes eran más propensos a elegir comida sabrosa y alimentos poco saludables sobre opciones saludables en estados de estrés.
Los investigadores observaron y estudiaron a dos grupos de personas. A un grupo se les aplicó un sencillo tratamiento de inducción moderada de estrés sumergiendo una de sus manos en agua fría durante tres minutos. Después, a los participantes se les mostraron varias opciones de comida en una pantalla para que eligieran: una sabrosa pero poco saludable y otra menos sabrosa pero más saludable.
Estas decisiones fueron comparadas con los realizadas por otros participantes que no se sometieron al tratamiento de inducción de estrés. Además de evaluar la elección hecha por los participantes, los investigadores también realizaron una resonancia magnética funcional para analizar ver cómo se vieron afectados sus cerebros.
El estrés afecta a las conexiones cerebrales
Los investigadores encontraron que los participantes sometidos a tratamiento de inducción de estrés eran más propensos a valorar el sabor de un alimento sobre su salubridad al momento de elegir qué comer en comparación con los participantes que no estaban estresados. Este hallazgo indica que el estrés aumenta la influencia de los atributos inmediatamente gratificantes en la elección y reduce el autocontrol.
En los cerebros de los participantes sometidos a estrés se observaron cambios en diversas regiones del cerebro. Los investigadores observaron una mayor conectividad entre la región de la corteza prefrontal ventromedial y la amígdala y regiones del cuerpo estriado (las regiones asociadas con la percepción de sabor).
También se observó la conectividad reducida entre la región de la corteza prefrontal ventromedial y las regiones de la corteza prefrontal dorsolateral (las regiones asociadas a exponer con éxito el autocontrol). Sin embargo, sólo algunos de estos cambios de conectividad se asociaron con el cortisol, una hormona asociada con el estrés.
Los investigadores afirman que estos resultados indican que el autocontrol puede ser inhibido incluso por niveles moderados de estrés, lo cual es importante, ya que los niveles moderados de estrés afectan a una parte mayor de la población. También añaden una propuesta importante:
«Una vía interesante para futuras investigaciones será determinar si algunos de los factores que se muestran para proteger contra los cambios estructurales del cerebro después de un estrés severo -como el ejercicio y el apoyo social- también puede amortiguar los efectos de la tensión moderada en la toma de decisiones».
El estudio ha sido publicado en la revista Neuron.
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