¿Alguna vez te preguntaste cómo es una persona resiliente? Son muchas las características que se asocian a una adecuada salud mental: el equilibrio, la armonía, la inteligencia emocional y la empatía son algunas de ellas, pero la resiliencia es una de las cualidades más valiosas, que bien vale la pena entrenar. Se trata de la capacidad que tenemos o desarrollamos para adaptarnos, recuperarnos y salir fortalecidos de cambios, dificultades o situaciones adversas. Vemos que alguien es resiliente cuando no se deja vencer por las circunstancias, aprende a manejar el estrés, superar pérdidas y las aborda de manera asertiva. En Salud Y Amistad te compartimos algunos de los hábitos de las personas resilientes más potentes, que te ayudarán a entrenar esta cualidad en tu día a día.
15 hábitos de las personas resilientes que vale la pena implementar
En Salud y Amistad entendemos que la salud mental es una parte trascendental de nuestro bienestar y que, para tenerla, es necesario mantenernos comprometidos con nosotros mismos. Ya en otra oportunidad te hablamos sobre los mejores hábitos de las personas felices; sin embargo, en esta ocasión queremos hablarte acerca de la resiliencia, como esa cualidad de levantarnos, de no dejarnos derribar por los obstáculos y resurgir de los problemas. Acompáñanos a conocer algunos hábitos poderosos que te ayudarán a entrenar tu resiliencia.
1. Aceptar tu realidad
El primero de los hábitos de las personas resilientes apunta a aceptar la realidad y sus desadíos, tal y como vienen. Es importante aceptar desde el primer momento lo que está ocurriendo en el presente, sin perder el tiempo en negar las circunstacias difíciles o quejarse de manera desmedida. Una persona resiliente reconoce la situación de forma rápida y busca adaptar su comportamiento en consecuencia.
2. Entrena la flexibilidad y la adaptación
Otro hábito muy potente es entrenar tu flexibilidad y tu capacidad de adaptarse a las más diversas circunstancias. En ocasiones los planes no salen como esperábamos, y es entonces cuando debemos reaccionar de manera efectiva, sin aferrarnos de forma rígida a nada, y con la disposición de cambiar de rumbo cuando sea necesario.
3. Mantener una actitud positiva
Sabemos que no siempre es fácil mantener una actitud positiva de cara a las dificultades; pero no perder de vista que la forma en la que asumimos las cosas, determina en gran parte los resultados. No se trata de ignorar los problemas, sino de buscar oportunidades y aprendizaje en medio de las dificultades.
4. Cultivar la gratitud
Otro elemento que define cómo es una persona resiliente es la gratitud, una práctica de gran poder. Quien tiene esta cualidad hace un esfuerzo constante para enfocarse en lo que sí tiene, en lugar de lo que le falta. De este modo, consigue mantener su pensamiento equilibrado y con tendencias positivas.
5. Construir relaciones de apoyo
Otro de los hábitos de las personas resilientes es que son capaces de construir y mantener redes de apoyo; relaciones fuertes y positivas con amigos, familiares y colegas, que sean apoyo práctico y emocional en circunstancias adversas.
6. Pedir ayuda cuando es necesario
De la mano con ello, también debes entrenar tu capacidad para pedir ayuda cuando es necesario. Esto implica tener siempre presente que pedir ayuda no es sinónimo de debilidad, sino el reconocimiento de que el otro suma a nuestra vida. Pedir ayuda puede ser determinante para superar adversidades.
7. Fijar metas realistas
Otra clave sobre cómo es una persona resiliente es la facultad de establecerse metas que sean claras, realistas y alcanzables. Objetivos que con esfuerzo, dirección y propósito puedan ser cumplidos y que no conduzcan a la frustración.
8. Celebrar los pequeños logros
De la mano con el punto anterior, uno de los hábitos de las personas resilientes más poderosos es celebrar los pequeños logros. Las personas resilientes no solo se enfocan en el objetivo final, sino que también valoran cada paso del camino. Esto les proporciona una sensación constante de progreso y logro.
9. Cuidar el cuerpo y la mente
Cuidar el cuerpo y la mente son asuntos fundamentales para el bienestar físico, mental e integral. En este sentido, una persona resiliente prestará atención al autocuidado, que se refleja en una alimentación adecuada, una rutina de ejercicios, descaso suficiente y trabajo en terapia psicológica en caso de ser necesario. También pueden beneficiarse de actividades como la meditación, que ayudan a controlar el estrés y mantener un estado mental equilibrado.
10. Enfrentar los problemas de manera proactiva
Las personas resilientes abordan los problemas de frente. En lugar de evitar las dificultades, buscan soluciones activamente. Este enfoque proactivo les permite resolver los problemas de manera efectiva y reducir el impacto negativo de las adversidades.
11. Aprender de la experiencia
Sumamos a los hábitos de las personas resilientes más potentes, la capacidad de aprender de las experiencias. Cada desafío, crisis o problema es visto como una gran oportunidad para aprender. Estas personas extraen lecciones que aplican en sus dinámicas diarias y les ayudan a enfrentar futuras adversidades de maneras más eficaces.
12. Ver el panorama general
Un punto clave al hablar de resiliencia es la capacidad de mantener la perspectiva. Las personas resilientes no se dejan abrumar por los problemas inmediatos, sino que recuerdan el panorama general. Esto les ayuda a mantener la calma y a tomar decisiones informadas.
13. Aceptar que el cambio es parte de la vida
Un aspecto a tener en cuenta al evaluar cómo es una persona resiliente es la capacidad de asumir el cambio como un elemento constante en la vida. La realidad fluctúa y cambia, y mientras mejor lo entendamos, con mayor facilidad podremos adaptarnos a sus desafíos.
14. Ver los desafíos como oportunidades
De la mano con el punto anterior, otro de los poderosos hábitos de las personas resilientes es ver cada desafío como una oportunidad, desarrollando una mentalidad de crecimiento. Cada prueba a superar es una posibilidad para fortalecer el carácter, entrenar la determinación y mejorar las capacidades.
15. Fomentar la curiosidad y el aprendizaje continuo
La curiosidad y el deseo de aprender son rasgos comunes en las personas resilientes, que siempre están buscando nuevas formas de mejorar y de adquirir conocimientos. Este enfoque les ayuda a adaptarse mejor a las circunstancias cambiantes y a mantenerse motivados.
En definitiva, los hábitos de las personas resilientes apuntan a la construcción de una personalidad más sólida, definida y con mayores herramientas para afrontar los desafíos de la vida con entereza, optimismo y buena actitud. Y tu, ¿prácticas alguno de estos hábitos? ¿Te consideras alguien resiliente? Déjanos tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte! Y si este tema llama tu atención, no te pierdas esta excelente selección de las mejores frases sobre resiliencia. ¡Hasta la próxima!