La sonrisa es nuestra carta de presentación y uno de los puntos más importantes en la estética facial. En este sentido, cuando tenemos problemas con alguna de nuestras piezas dentales, es importante acudir con el profesional que corresponda de manera inmediata. Uno de los procedimientos más comunes, y al mismo tiempo, delicados, es la colocación de implantes dentales. En caso de tener esta necesidad, lo ideal es acudir a los mejores expertos en la materia, como es el caso de los profesionales de la Clínica Marta Vallés.
En Salud y Amistad hemos conversado con odontólogos de este centro de salud, y también revisado el artículo de su blog sobre este tema. Por ello, queremos contarte acerca de las cosas que deben y no deben pasar al momento de realizarte un implante dental. Lo primero a saber en este sentido, es que el tratamiento con implantes dentales es la mejor alternativa para reponer dientes o muelas que el paciente ha perdido como consecuencia de una caries, enfermedad periodontal o incluso un traumatismo. Acompáñanos a conocer las cosas básicas que tienes que saber y esperar, al pensar en hacerte este procedimiento.
Índice
¿Qué es un implante dental?
Cuando hablamos de un implante dental, nos referimos a un tratamiento con el que se sustituye una pieza que el paciente ha perdido, o que debe ser extraída por tener un daño irreparable. El implante tiene un objetivo funcional, pues ayuda al paciente a tener la sensación y utilidad de su dentadura completa. De ello también deriva una funcionalidad estética. Los implantes dentales se colocan mediante una pequeña cirugía, para la que se usa anestesia local. Presta atención a los siguientes aspectos sobre cómo se realiza el procedimiento y cómo debe evolucionar.
¿Qué debes saber sobre la colocación de un implante dental?
1. La cirugía
Para colocar un implante dental, es necesario hacer una pequeña cirugía. El profesional usa anestesia local, por lo que no debe generar dolor en el paciente. Ahora bien, horas después de la operación, el efecto de la anestesia comenzará a desaparecer. Entonces, es normal que la persona presente algo de molestias o dolor en la zona. Por supuesto, ello dependerá de la reacción del cuerpo de cada paciente. Algunos no reportan mayores molestias, mientras otros sufren de ciertos dolores, que pueden ser perfectamente tratados con analgésicos comunes.
También es importante tener en cuenta que, para colocar un implante dental, es necesario hacer una incisión, una herida en la encía. Por ello, es normal que se inflame un poco esta zona de la cara, e incluso pueden llegar a aparecer pequeños hematomas. A los pocos días irá desapareciendo. En líneas generales, la inflamación no debe durar más de unos cinco a siete días posteriores al procedimiento.
2. Las precauciones y hábitos
Parte fundamental en el éxito de un procedimiento de colocación de implante dental, que no genere complicaciones de ningún tipo, son los cuidados posteriores. Es importante que durante las 24 horas después de la colocación, el paciente no se enjuague la boca ni escupa. Ello podría provocar un sangrado. Sin embargo, luego de esas 24 horas iniciales, debe mantenerse una correcta higiene. En esta etapa si se recomienda tanto el cepillado como los enjuagues con agua y sal, o agua y manzanilla.
Se recomienda que la persona no haga deportes ni ejercicios físicos intensos, al menos durante el primer día de la recuperación. Otro aspecto vital para la recuperación, es cuidar lo que se come. Durante las primeras horas, lo ideal es consumir alimentos blandos, que no implique un esfuerzo mandibular para masticar. También se recomienda comer alimentos fríos, que ayuden a desinflamar el área. A medida que pasen los días, ya se podrán ir sumando alimentos de mayor consistencia.
3. Los signos de alerta de infección o problemas con el procedimiento
En líneas generales, si el implante lo ha hecho un profesional capacitado, y el paciente ha seguido correctamente sus recomendaciones posteriores, no deberían presentarse infecciones ni problemas posteriores. Sin embargo, el riesgo de infección existe. Para evitarlo, tanto la higiene como la correcta toma de los antibióticos posteriores recomendados, es fundamental.
Ahora, hay algunas sintomatologías que pueden advertirnos que algo no anda bien con nuestro implante dental. Por ejemplo, si apreciamos una supuración blanquecina en la herida, mal sabor en la boca y mal aliento, son signos de alarma. Si además el paciente presenta fiebre, y el dolor e inflamación iniciales no ceden o incluso aumentan, podemos estar ante una infección. Si es este el caso, se debe acudir al profesional de manera inmediata.
Otro signo de alarma al que debes prestar atención es a la manera en la que se ha fijado el implante. Si ha sido bien colocado, no debe moverse. Debe quedar perfectamente fijado al hueso. Si tiene movimiento, es porque no se ha anclado correctamente. En definitiva, si debes realizarte un implante dental, lo mejor es ponerte en manos de los mejores profesionales de la salud bucal.