La imagen que construimos de nosotros mismos es la herramienta más importante para el éxito y bienestar que logremos alcanzar. La autoestima se entiende como el conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamientos dirigidos hacia nosotros mismos, nuestra manera de ser, carácter y características físicas. Se resume en la evaluación perceptiva que tenemos de nuestra persona, y si ésta es negativa, pueden desarrollarse problemas de gravedad elevada.
Es en estos escenarios donde las ciencias de la salud mental se hacen sentir. Si crees que tu autoestima no es la mejor, te recomendamos buscar ayuda de una psicóloga en Sevilla. Si estás en esta ciudad, la atención profesional que recibirás seguramente marcará el inicio de una nueva etapa en tu vida, en la que puedas reencontrarte con tu auténtico valor, y reconciliarte con la percepción que tienes de ti mismo.
Los problemas de autoestima son relativamente sencillos de identificar, y es que algunas actitudes los revelan claramente: el uso constante y exagerado de la autocrítica, la tristeza y melancolía permanentes, los miedos al rechazo, a exhibirse en público, a tomar la palabra, entre otros muchos; el sentimiento de inseguridad e incompetencia ante cualquier actividad o reto, la búsqueda inútil de la perfección, y los celos y control excesivos al estar en pareja, son parte de las actitudes que podemos observar de forma reiterativa en personas con problemas de autoestima.
Si hablamos sobre cómo superar la baja autoestima, el primer punto a resolver es la detección del problema. Para ésto, es fundamental que estés atento a tus actitudes, pensamientos y comportamientos sobre ti mismo. Revisa, por ejemplo, cómo te sientes al comprarte ropa nueva, al hacer alguna exposición en público, o cómo te desenvuelves en una reunión de amigos. Éstos serán elementos que te permitirán darte cuenta de cómo está realmente tu autoestima. Los problemas que pueden generarse de la baja autoestima son muchos y pueden llegar a hacerse muy graves. Veamos los principales.
Problemas generados por la autoestima baja
- La depresión es una de las consecuencias más directas y terribles de la baja autoestima. Tener una deficiente imagen de ti mismo te lleva a pensar que no eres capaz de nada, que todas tus ideas terminarán en fracaso, pues no tienes las cualidades para llevarlas a cabo, y por lo tanto, que no mereces ser feliz en ningún aspecto. La depresión no es sólo un estado momentáneo de tristeza, sino una enfermedad silenciosa y muy grave, que puede minar notoriamente la calidad de vida de una persona.
- Los trastornos alimenticios también suelen venir de la mano con la baja autoestima. Parte importante de la relación que tenemos con nosotros mismos, parte de lo que encontramos al vernos al espejo. Si lo que vemos no nos satisface, empezaremos a sufrir por ello. Esto muchas veces deriva en esfuerzos extremos y sin sentido para tratar de acercarnos un poco a lo que quisiéramos ser. Dietas extremas, bulimia o anorexia, generalmente vienen de la mano con la baja autoestima.
- Paradójicamente, la baja autoestima también puede ser un desencadenante de obesidad y problemas de hipertensión. El pesimismo vital en el que se sumerge una persona con problemas de autoestima, le resta las energías para el movimiento, y es el escenario perfecto para la generación de un estilo de vida sedentario.
¿Cómo superar la baja autoestima?
Si bien la construcción de la imagen que hacemos de nosotros mismos nos viene acompañanda desde que tenemos uso de razón, nunca es tarde para mejorarla. Sentirnos bien con quienes somos, con lo que hacemos y lo que vemos en el espejo, va a ser un factor fundamental para que queramos trabajar por construir siempre nuestra mejor versión. Algunos hábitos simples nos pueden ayudar de forma significativa a mejorar nuestra auto imagen:
- El poder del lenguaje y de la forma en que nos comunicamos con nosotros mismos es ilimitado. Procura hacer el ejercicio de cambiar las palabras con las que te hablas. Quizás, antes de decir «no puedo hacer esto», prueba decir «lo voy a intentar». Frases pequeñas, y que parecen no tener mucha importancia, le enviarán a nuestro cerebro un mensaje de positivismo, que se reflejará en la forma en que nos sentimos.
- Evita las comparaciones con otras personas. Si estás, por ejemplo, en un programa de pérdida de peso, compararte con la chica que está en la portada de esa revista de moda, lo único que logrará es desanimarte y desmotivarte. Cada persona es única y especial. Desde su organismo y genética, hasta las experiencias de vida por las que ha atravesado. Saca de tu esquema mental la costumbre de compararte. ¡No hay nadie igual a ti en todo el planeta, y eso es valioso!
- Aprende a aceptarte tal y como eres. Por supuesto que es muy válido que quieras mejorar, pero hazlo planteándote metas realistas, y valorando las cosas positivas que tienes hoy. Un buen ejercicio es escribir en un cuaderno, un listado de las cosas que te gustan de ti. Verás que si te concentras, irán apareciendo cualidades de las que ni siquiera eras consciente.
Cuestiones sencillas como estos hábitos diarios, pueden generar un impacto muy positivo en tu autoestima. Más importante que cualquier otra cosa en el mundo, es lo que piensas de ti mismo y cómo te ves. Esa será la herramienta fundamental con la que cuentes para asumir los retos que se te presenten, plantearte metas y alcanzarlas. Trabaja en tu autoestima todos los días, y verás los efectos positivos en tu vida diaria y en tu futuro.