La ejecución de reformas en el baño puede estar motivada por una necesidad de renovar sus elementos, por el mero hecho de querer contar con un baño renovado o por el cambio en las prioridades conforme avanza la edad.
Es especialmente importante que un cuarto de baño cuente con todo lo necesario para satisfacer no solo las necesidades más elementales: también ha de ser capaz de proporcionar unos niveles adecuados de confort y funcionalidad para cada tipo de usuario. Y, en caso de que no sea así, el cuarto de baño necesitará una reforma o una reconcepción en la distribución de sus elementos.
Aspectos a tener en cuenta en las reformas de baños para el target senior
El principal problema de aquellas personas que superan los 60 años es la movilidad, un aspecto que puede afectar a sus rutinas diarias y que pueden exigir de una remodelación en las partes más críticas de la casa.
1. Elementos del mobiliario
En el baño adquiere especial importancia el espacio que se dedique al mobiliario, así como su disposición. No hay que olvidar que el cuarto de baño es un espacio dedicado al aseo personal, por lo que cada objeto destinado a tales actividades debe estar debidamente guardado y empaquetado, sobre todo los que se deben enchufar a la corriente eléctrica, como secadores, planchas, calefactores y otros productos similares.
La disposición de los muebles también juega un papel fundamental en el mantenimiento de las capacidades cognitivas. A edades avanzadas, cuando es más probable sufrir de una dolencia mental que inhiba las capacidades del individuo de razonar y recordar aspectos básicos de sus rutinas diarias, como ocurre con la demencia senil o con el Alzheimer, es importante crear una disposición práctica y funcional donde resulte sencillo encontrar objetos específicos, como peines, pinzas, cremas y otros productos de maquillaje y cosmética. Esto no conseguirá revertir el proceso de una dolencia de estas características, pero sí será de gran ayuda. Beneficiará a la persona que necesite un plus de practicidad a la hora de desenvolverse por sí misma en el cuarto de baño.
2. Apoyos y bañeras
En el caso del baño, sobre todo los más amplios, deberán disponer de puntos de apoyo para evitar caídas, que serán de gran ayuda para ayudar a su dueño a desplazarse por él de una manera más segura. Pero esta es solo una de las múltiples soluciones. Existen muchas otras a las que se puede recurrir para hacer que el cuarto de baño sea un espacio más amigable para las personas mayores.
La bañera, aunque ofrece mucho más espacio y permite tumbarse para disfrutar de un baño relajante, no es funcional para personas mayores. Sobre todo para aquellas con problemas de movilidad u otras dolencias. Es conveniente sustituirla por un plato de ducha, ya que resulta mucho más práctica a la hora de entrar y salir, evitando caídas fortuitas y facilitando el desplazamiento tanto al entrar como al salir. En el caso de los más mayores, un plato de ducha implementado a ras de suelo es ideal. Esto facilitará la entrada y la salida, siendo además mucho más cómodo para todo tipo de públicos.
Para evitar resbalones y caídas, lo mejor es recurrir a materiales como la pizarra, capaces de proporcionar un agarre excelente. No solo es un material perfecto para darle al cuarto de baño un punto más sofisticado en cuanto a lo estético, sino que es uno de los más solicitados por sus múltiples propiedades antideslizantes, mejorando el confort y la seguridad durante las duchas. Una de las mejores opciones para adquirir un plato de ducha de pizarra es Asealia.com, firma especializada en la venta de productos para la reforma y equipamiento de cuartos de baño que dispone de un amplio catálogo de platos de ducha de pizarra.
3. Orientaciones de la puerta
Se estima que seis de cada diez accidentes domésticos tienen lugar o en la cocina o en el baño, dos de los lugares más sensibles y utilizados del hogar. Ante una eventual caída, sobre todo si ocurre en un cuarto de baño de reducidas dimensiones, la puerta debe estar orientada hacia fuera de la estancia para facilitar el acceso y poder proporcionar la asistencia necesaria a la persona afectada.
También es buena idea recurrir a una puerta corredera en caso de que se desee exprimir aún más el espacio disponible, dejando libres los ángulos laterales que ocuparía la puerta en su recorrido y permitiendo aprovechar al máximo el espacio del cuarto de baño.
4. Complementos antideslizantes
La pizarra es el material más demandado por aquellos usuarios que desean reformar su cuarto de baño. Este ayuda a aumentar la seguridad, sobre todo en todo lo relacionado con caídas y resbalones fortuitos. Pero hay materiales como el mármol que merecen ser conservados y que, pese a no ofrecer las mismas cotas de agarre que otros materiales como la pizarra, sí admiten la inclusión de ciertos accesorios para mejorar la estabilidad y el agarre en cada sesión de aseo personal.
Las alfombras juegan, en este sentido, un papel fundamental. Siempre es buena idea incorporar una o varias alfombras antideslizantes en puntos estratégicos. Por ejemplo, es ideal contar con una en la entrada y salida de la ducha o junto al bidet, en caso de disponer de uno. Pueden ayudar al usuario de avanzada edad a ganar confianza a la hora de manejarse por el cuarto de baño por su cuenta, algo necesario para mantener las rutinas básicas de higiene en su día a día.
5. Espacio para los cuidadores
Los cuartos de baño son estancias que no siempre ofrecen el espacio ideal. Sobre todo en las viviendas más antiguas, cuando la concepción en el diseño de las viviendas distaba mucho de la actual. Pero, en caso de que tu cuarto de baño disponga del suficiente, es conveniente reservar una parte del mismo al aseo y organización del cuidador, para que pueda desenvolverse con soltura durante las labores de apoyo y asistencia.
Reserva de material higiénico, adquisición y organización de productos para el aseo personal e incluso la incorporación de productos de mobiliario para su propio disfrute en caso de que el cuidador conviva con el propietario son algunos de los fines que se le puede dar a ese espacio extra del cuarto de baño, siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada usuario y el nivel de asistencia que precise en función de su grado de dependencia.