Continuamos a lo largo de este artículo con nuestra súper guía sobre técnicas de relajación mediante la respiración. En la primera entrega hemos descrito cómo prepararnos adecuadamente para la aplicación de estas técnicas, de manera que consigamos tener una consciencia precisa de nuestra forma de respirar y estemos en una posición que facilite nuestra respiración y la relajación. Si aún no lo has leído te recomendamos que lo hagas, pues es un paso clave para asegurar la eficacia de estas técnicas, especialmente si nunca las has probado.
Instrucciones generales para la respiración
Es importante tener en cuenta una serie de consejos para poder sacar el máximo partido a las técnicas de respiración y optimizar los resultados, en lo que a la relajación se refiere.
En la mayor parte de los casos, la inspiración debe producirse de una forma natural, sin forzar la inhalación de aire, sino permitiendo que éste se desplace suavemente por nuestras vías respiratorias. De lo contrario, puede producirse algún tipo de contracción muscular que eche por tierra el propósito del ejercicio.
Es preferible que la inhalación del aire tenga lugar por la nariz y la exhalación por la boca. De esa manera, nuestras fosas nasales calentarán y filtrarán el aire que entra en nuestro cuerpo. La exhalación por la boca permite una mayor regulación del volumen del aire expulsado y, en determinados ejercicios, un flujo más voluminoso de aire que por la nariz.
Técnicas de respiración
Llega ahora el momento de experimentar con las distintas opciones de técnicas de respiración. A lo largo del artículo vamos a ir presentando un conjunto de variables, indicando además su nivel de dificultad. De esa manera podrás escoger aquellas que te resulten más accesibles e ir progresando, poco a poco, hasta dominarlas todas. Una vez hayas perfeccionado estas técnicas, su aplicación puede realizarse en una sesión de 5 a 10 minutos, lo que las convierte en un excelente recurso para relajarnos en nuestra vida diaria tan cargada de tareas.
Suspiro consciente
Nivel de dificultad 1
El suspiro consciente es una de las técnicas más efectivas y sencillas de aplicar. Además, una vez se cuenta con la práctica necesaria, se puede ejecutar en cualquier contexto muy rápidamente, logrando un gran efecto relajante.
Una vez se haya adquirido consciencia de nuestra forma de respirar, se ha de tomar una gran bocanada de aire, concentrándonos en la dilatación del tórax a partir del plexo solar. Retendremos el aire durante 3 segundos y permitiremos que salga sin control pero sin forzar la expulsión. Es decir, no realizando una exhalación controlada, sino permitiendo que el aire salga despedido por nuestra boca. Es recomendable la emisión de algún tipo de sonido propio del bostezo, para favorecer una mayor expulsión de aire.
La práctica de esta técnica requiere sesiones de al menos 10 suspiros. No obstante, no es recomendable prolongar mucho más el ejercicio para evitar una hiperventilación que, por otro lado, resultará inofensiva si se realiza tumbado, pues puede derivar en cierta somnolencia. Una vez hayamos perfeccionado la técnica será muy fácil aplicarla en cualquier lugar, siempre que se haga con cierta discreción 🙂 .
Continúa descubriendo nuestra técnicas de relajación mediante la respiración.
Imágenes: La Versiera, urbanizr 77