Decía el cineasta sueco Ingmar Bergman, que «envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.» La edad dorada puede tener los más variados matices, de acuerdo a la forma en que decidamos vivirla. Mientras para algunos puede ser sinónimo de debilidad, para otros son años de relajación, de disfrute, libertad y gozo de nuestras más valoradas pasiones. En virtud de que nuestra familia ya ha llegado a la adultez y suelen tener una cotidianidad llena de responsabilidades, optar por un hogar para mayores resulta una idea del todo acertada. En este sentido, existen opciones como la residencia de ancianos en Cerdanyola del valles en las que se siente un verdadero calor de hogar.
Escoger una residencia para mayores suma una serie de ventajas que garantizaran beneficios tanto a tu bienestar físico como emocional. Podrás compartir con tu familia en el momento en que planifiquen encuentros, pero en el día a día, en el que ellos trabajan o estudian, estarás acompañado de personas con las puedes tener muchas cosas en común. Acompáñanos a conocer las principales ventajas de escoger un hogar para mayores, para disfrutar a plenitud de tus años dorados.
Ventajas de apostar por una residencia para mayores
1. Atención médica permanente y personal calificado
Bien es sabido que la tercera edad suele venir acompañada de un deterioro o disminución de nuestra fuerza física, que en ocasiones puede representar la imposibilidad de permanecer solos. Los hogares para personas mayores incluyen como parte de su cotidianidad, una atención médica y calificada permanente, que permita hacer seguimiento a las patologías que la persona pueda presentar, así como brindar asistencia para las labores en que así lo necesite.
2. Adaptabilidad a las condiciones de cada persona
Así como algunas personas llegan a sus años dorados de forma saludable, otros van desarrollando a lo largo del tiempo, enfermedades o condiciones que les dificultan valerse por si mismos. En este sentido, los hogares para personas mayores suelen estar adaptados para atender a las personas de acuerdo a su nivel de dependencia, fomentando una calidad de vida óptima.
3. Olvidar las responsabilidades de llevar una casa
Para las personas de la tercera edad que viven solos, la responsabilidad de llevar una casa y todas sus implicaciones, puede convertirse en una carga pesada. Asuntos como la limpieza de los pisos y baños, la cocina, el aseo de la ropa o las compras de mercado, cargan el día a día de las personas mayores. En una residencia para personas de la tercera edad, todos esos asuntos están cubiertos por personal calificado. La limpieza de áreas, el aseo de la ropa y en especial la cocina, son llevados por profesionales. En el ámbito de la alimentación, se cuida la dieta de cada paciente, de acuerdo a sus necesidades, gustos y condiciones de salud.
4. Compañía, amistad y socialización
Esta es sin duda una de las ventajas más potentes con las que cuentan las residencias para personas mayores. Sea que vivan solos o con un familiar, las horas que los ancianos pasan en soledad suelen ser muchas. Esto no contribuye a mantener un estado de ánimo alegre y optimista. En este sentido, escoger un hogar para mayores como residencia, implica un proceso de socialización del todo interesante. La persona tendrá la oportunidad de conocer y relacionarse con muchos contemporáneos, con los que podrá tejer lazos de amistad que seguro resultarán nutritivos y valiosos.
Además, las residencias suelen desarrollar diversos talleres, programas y actividades para que las personas se mantengan activas, se diviertan y estimulen su mente. La intención es mantener el máximo grado de autonomía de nuestros abuelitos, al tiempo que mantener ejercitados su mente, previniendo la demencia senil, y su cuerpo, generando un bienestar integral. Para las personas que así lo desean, pueden asignárseles tareas adaptadas a sus capacidades, con las que sentirán que hacen aportes útiles en su entorno.
5. Tu familia, siempre contigo
Hay algo que se alza como una verdad innegable: nada es tan reconfortante como el calor y el afecto familiar. En este sentido, a veces se tiene la idea errónea de que optar por una residencia para mayores es deslindarse de la familia, y ¡nada más lejos de la realidad! La residencia para mayores se trata de una opción en la que se prioriza la comodidad, la compañía, la atención médica, las actividades recreativas… en fin, la calidad de vida que se hace sentir en la cotidianidad. Pero también permite con absoluta libertad, el compartir con la familia.
Las personas pueden recibir todas las visitas de familiares y de amigos que deseen, tal como si estuviesen en su propio hogar, así como salir a dar un paseo o volver a su casa por temporadas. Se trata de una opción que se basa en la libertad de movimiento, y al mismo tiempo en la oferta de aumentar y garantizar la calidad de vida de cada miembro de esta comunidad.